
El estado tan lamentable en el que se encuentran el T6 y T33 que están en una rotonda del Seve Ballesteros-Santander
Hace no muchos años desde ésta misma cuenta tuve que denunciarlo, incluso tuve que aguantar malas palabras por hacerlo público. Además del deterioro que es más que evidente se da la situación que personas se han subido incluso hasta la cabina de uno de los aviones con el consiguiente riesgo que ello supone.

La verdad, que para seguir así es mucho mejor que éstos 2 aviones sean retirados de ahí por parte del Ejército del Aire y así igual a algun@ se le cae la cara de verguenza.
Por cierto, aquí AENA no tiene responsabilidad alguna de su mantenimiento.

Perdonar que sea tan duro, pero recuerdo aún lo ingratos que fueron algun@s conmigo la vez anterior que lo denuncié.
Manuel Diego
Amigos de Parayas
Quiero repasar un poco su historia y que mejor que aprovechar un escrito que en su momento publicamos de un veterano del Ejército del Aire, D. Juan Luis Alonso Peñil.
MITICOS, PERO ABANDONADOS
El 26 de septiembre de 1984, se inauguró en el aeropuerto de Parayas el monumento al T-6 “Texan”, ofrecido por la Cámara de Comercio Industria y Navegación de Santander, con la colaboración de la Asociación de Veteranos del Ejercito del Aire, la Diputación Regional de Cantabria, y el Real Aero Club de Santander, como homenaje al Ejercito del Aire, alzando junto al monumento al T-6, el de su hermano el T-33; recordando así que, juntos llegaron a España a través del puerto de Santander, y que juntos sirvieron a la modernización de la nueva etapa del Ejercito del Aire, y al entrenamiento de muchas promociones de aviadores españoles.
El T-33 es el descendiente, en versión de entrenamiento, del famoso F-80C “Shooting Star”, creado en agosto de 1947 en el seno de la empresa Lockheed en Burbank (California). El T-33 se modificó con respecto al proyecto inicial, en algunas de sus partes, como la cúpula de la cabina, o el fuselaje, ligeramente alargado en 0,98 cmts, como ejemplos más significativos.
Este reactor surcó el aire por primera vez, el 22 de marzo de 1948. Estaba considerado como un avión dócil, cómodo de volar, aunque lento en subida; pero sobre todo era un avión seguro, como indica su bajo índice de accidentes. El motor era un Allison J-33-A-35, que le proporcionaba una fuerza de 2.450 Kgs de empuje. En posteriores modelos, fueron también modificados los motores según las exigencias. Quizás la especial característica de su personal fisonomía se la dieran los depósitos de borde marginal, con capacidad para 810 libras de combustible. De este magnífico avión de entrenamiento se llegaron a construir la nada despreciable cantidad de 5.691 unidades, utilizado por más de treinta países.
En España, el T-33 se le denominó por el Ejercito del Aire como E-15. Los seis primeros aviones llegaron en vuelo procedentes de Chateauroux (Francia), el 24 de marzo de 1954, es decir, a los seis años de su primer vuelo, siendo destinados a la Base Aerea de Talavera la Real en Badajoz. Posteriormente llegarían algunos más desde Alemania
El 21 de junio de 1954, a las 21,30 horas arribó al puerto de Santander, el transporte militar “Greenville Victory”, procedente de Baltimore, con los tres primeros T-33 que llegarían a España embarcados. Los aviones venían cubiertos de una materia plástica de color gris denominada “cocoom”. Una vez desprovistos de su envoltorio, los aviones fueron trasladados al aeropuerto de Parayas por carretera, remolcados por tractores que emplearon media hora en el trayecto.
Para el montaje de los aparatos, aparte del personal técnico del Ejercito del Aire, se desplazó hasta Santander un ingeniero de la firma Lockheed, para supervisar la operación.
También en el aeropuerto se conoció una inusitada actividad pues se levantaron unos barracones prefabricados, de 30x17x6 mts. para el trabajo de revisión y puesta a punto de los aviones, que se construyeron en sólo seis días.
Las instalaciones fueron estrenadas por un avión Junkers JU-52 del Ejercito del Aire que, procedente de Talavera la Real, trasladó hasta Santander al personal especializado y a los pilotos que, posteriormente, llevarían en vuelo a los flamantes T-33 hasta la Base extremeña. Entre los pilotos se encontraba el entonces capitán Martínez Pesquera, de origen cántabro.
El 25 de junio, los T-33 despegaron de Parayas, cuya pista en aquella época era de 1.650 mts. con destino a Talavera la Real, al mando del Teniente Coronel Gavilán,(primer reactorista en España) acompañado del Comandante Lorenzo y del Capitán Martínez Pesquera.
La siguiente entrega de T-33 en Santander, se realizó el 26 de abril de 1958, fecha en que arribó a nuestro puerto el portaaviones de la USA-NAVY, “Trípoli”, que también trasportó los T-6 y que, en esta ocasión, desembarcó dieciocho nuevos aparatos.
El T-33 fue sustituido como avión de entrenamiento, por el F-5B en noviembre de 1970. Hoy el F-5, tras importantes modificaciones, sigue volando y preparando a los alumnos del Ala 23 de Instrucción de Caza y Ataque, en la Base de Talavera la Real, al igual que hiciera tras dieciséis años de magníficos servicios, el mítico entrenador T-33.
Tanto el T-6 como el T-33, inaugurados en Parayas hace 30 años, no lucen precisamente como debieran y, en estos momentos, están en malas condiciones de conservación y mantenimiento, por lo que, de seguir así, el Ejercito del Aire los retirará de sus monumentos, por el mal efecto estético que representan para el Ejercito del Aire, con toda razón, pues ya han perdido piezas, pintura etc por desidia y mínimos cuidados de mantenimiento. Tampoco la gente les ha respetado mucho, pues a falta de vigilancia muchos se suben a los monumentos para hacerse fotos, y otras modalidades de entretenimiento.
Por todo ello, la Asociación de Veteranos del Ejercito del Aire de Cantabria, y la Asociación de Amigos del Aeropuerto de “Seve Ballestero-Santander Parayas”, así como Pilotos y aficionados y amantes de la Aviación, intenta que los mismos vuelvan a lucir en todo su esplendor, en la actual plataforma donde se ubican, a la entrada del aeropuerto y aparcamiento del mismo. La historia aeronáutica de Cantabria demanda justicia y honor para estos dos aviones, que formaron muchas promociones de aviadores y llegaron al puerto de Santander.
Juan Luis Alonso Peñil
Miembro de la Asociación de Pilotos Aviadores
Veteranos de España (APAVE), de la Asoc. de
Veteranos del Ejército del Aire, y de la Asoc. de
Amigos del Aeropuerto de Parayas
Santander, 28 de julio de 2.021